Nuestro objetivo principal tiene que ser que los niños disfruten y se diviertan a través de la práctica de un deporte para lograr un desarrollo integral de la persona y facilitar la autonomía del niño:
o A nivel físico: motricidad, crecimiento, desarrollo,… o A nivel psicológico y cognitivo: imaginación, creatividad, toma de decisión,… o A nivel afectivo y social: autoestima, reconocimiento y aceptación de iguales,…
Pretendemos que los chavales; además de aprender un deporte sean capaces de recibir unos valores en los cuales creemos y que son intrínsecos del mismo, tales como deportividad, fair play, compañerismo, trabajo en equipo, competitividad, solidaridad, amistad, respeto a los demás, esfuerzo,…
Creemos en la iniciación deportiva como la adaptación de la actividad al niño y no al revés, de tal modo que el juego sea el principal protagonista en su aprendizaje.
Por encima de todo, debemos conservar el carácter educativo del deporte, donde juegan un papel importante entrenadores, coordinadores, padres, árbitros, público,…, por lo que todos estos pilares deben estar coordinados entre sí, para la correcta formación del niño.
Debemos relativizar los resultados dando mayor importancia a la diversión del niño y a la consecución de nuestros objetivos educativos. Esto no significa que haya una falta de competitividad, sino que ésta sea un anexo a todos los valores que debemos transmitir.
Se debe transmitir la práctica deportiva como una actividad saludable para el correcto desarrollo del niño.
Enseñar a respetar las reglas y a conservar los materiales que forman la infraestructura deportiva.
Para el niño el entrenador es su claro ejemplo a seguir por lo que éste debe sentirse uno de los protagonistas principales de su educación. |